El Mantenimiento Productivo Total (TPM) es una estrategia de gestión holística que pretende maximizar el rendimiento global de las instalaciones de producción centrándose en la eliminación de pérdidas, la mejora de la disponibilidad de la planta y el desarrollo de una cultura de mejora continua.

El TPM se basa en la creencia de que todos los empleados deben participar en el mantenimiento y la mejora de los equipos y fomenta un enfoque proactivo y participativo del mantenimiento. La metodología TPM comprende varios pilares, como la gestión autónoma del mantenimiento, el mantenimiento planificado, la gestión de la calidad, la formación y la educación, y el apoyo administrativo.

Mediante la aplicación del TPM, las organizaciones no sólo pueden aumentar la disponibilidad de los equipos y reducir los tiempos de inactividad, sino también aumentar la productividad, mejorar la calidad de los productos y reducir los costes generales.

El TPM está estrechamente vinculado a los principios de la gestión ajustada y la mejora continua, y ha demostrado ser una estrategia eficaz para aumentar la competitividad y la sostenibilidad de las empresas manufactureras.