Un histograma se utiliza para la presentación clara de conjuntos de datos grandes y complejos y facilita la evaluación de la distribución de los datos organizándolos y determinando la variación del proceso. Los datos ya recogidos se clasifican en clases en función de sus valores objetivo y sus límites de tolerancia, todos ellos en la misma unidad de medida. Para determinar a qué clases deben asignarse los valores individuales, hay que calcular el rango (R), el número de clases (k) y su anchura (h). El eje X se escala en función de la anchura de la clase, mientras que el eje Y, una vez asignados todos los valores a las categorías, muestra la frecuencia con la que se produce cada clase.