En Seis Sigma, el Plan de Control es necesario en la fase final del proyecto. Su propósito es gestionar y mantener el éxito logrado en la fase de Mejora. Para ello, los riesgos asociados a la nueva solución se mitigan con medidas. Por ejemplo, los riesgos identificados mediante un AMFE en la fase Mejorar pueden abordarse con acciones preventivas en la fase Control. Estas acciones son esencialmente pruebas para los riesgos. Normalmente, el plan de Control especifica qué, cómo, cuándo y quién va a realizar las pruebas, así como quién es el responsable y tiene que rendir cuentas, y qué riesgos existen.
Es importante que las pruebas se centren en los riesgos asociados al concepto de solución. A menudo, el plan de control incluye un gráfico del antes y el después del Y principal, con las medidas que deben tomarse si Y cae por debajo de un determinado umbral. Sin embargo, esto puede no ser suficiente para la sostenibilidad.